viernes, 15 de julio de 2011

RENUNCIAS, RESPONSABILIDADES Y CULPAS

"Tarde piaste", expresa una vieja y metafórica expresión popular. La reunión de Comisión Directiva celebrada ayer, 14 de Julio, mostró que sigue tan vigente como siempre. Amagos de renuncia, asunción pública de responsabilidades y culpas, exigencias para que se vayan todos y demás no deben asombrar a nadie teniendo en cuenta el cimbronazo institucional-deportivo que vive al Club a partir de ese trágico domingo en el Monumental.
En realidad, de razonar un poco nomás, nos daremos cuenta que lo que ha sucedido ayer es más de lo mismo, teniendo en cuenta cómo se armó la oferta electoral brindada a nosotros, los socios, en las pasadas elecciones que llevaron a la victoria a la lista de Daniel Passarella.
Porque allí radica la verdadera cuestión. Del tronco de la administración anterior surgieron candidatos que se esparcieron en las tres listas con mayores posibilidades de ganar (Passarella, Caselli y D'onofrio), lo cual mueve a dos razonamientos básicos: 1) Que quienes integraron la conducción pasada y se mostraron "reciclados" en las nuevas listas no coincidieran con los lineamientos del anterior gobierno aunque hayan sido parte del mismo y pensaran que aún podían ser útiles a River o 2) Que a pesar de haber compartido responsabilidades de gobierno, la tentación de continuar siendo dirigente pudiera más que la razonable y saludable acción de alejarse de la política interna.
Para el primer caso, la respuesta está en el dicho popular con que comienza esta reflexión, porque, se me ocurre, si alguien está en desacuerdo con las decisiones de un cuerpo del cual forma parte y conoce los alcances perjudiciales que las mismas pueden tener para la institución, y además,  sabe que se encuentran reñidas con la ética y la moral, debe renunciar a su cargo y hacerlo público, a efectos de salvaguardar su buen nombre y honor y que otros carguen con semejante ignominia.  Para el segundo caso, quizás el más problable, la tentación de continuar o ser dirigente del Club más importante del país haya sido muy grande, con lo cual, el diluirse en cualquiera de las listas estuvo al servicio de un interés particular por encima del interés general.  
¿Hasta dónde les importó verdaderamente River a quienes podemos incluir en cualquiera de los dos casos? En esto no hay vueltas ni figuras retóricas como las que escuchamos hasta el hartazgo, inclusive con citas de Jorge Luis Borges. River no puede importar a medias. Porque cuando se mira hacia el costado para ignorar a sabiendas o dejar hacer, en aras de intereses personales o de cualquier otro fin inconfesable, ya River deja de interesar. 
¿Ahora se rasgan las vestiduras quienes condujeron al Club dos períodos? ¿Ahora muestran como un gesto desinteresado su renuncia? Ya no hay tiempo para las salvaciones individuales. Sólo les pido dos cosas: recogimiento y silencio. Silencio por sobre todas las cosas. Basta de deambular por canales de televisión y micrófonos de radio mostrando la hilacha; basta de pretender un segundo "reciclado" en estos momentos tan duros.
En estos momentos, el Club no debe ni puede estar acéfalo. El regreso a Primera División es el objetivo más importante que tiene el Club. Quizás, el más importante de su historia. Que quienes triunfaron en las pasadas elecciones culminen su mandato porque así lo marca el Estatuto del Club, a pesar de los "reciclados" que todavía levantan la voz, ya fueren del oficialismo o de la oposición. 
Mientras tanto, como socios, exijamos, participemos y juntémonos para concebir al Club desde otros valores en la próxima contienda electoral. De nosotros solamente depende respirar aire puro, con la memoria suficiente para que nadie, nunca más, pueda reciclarse como un envase de plástico usado.       

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